La iglesia de la Virgen de los Dolores en Tegucigalpa demoró en construirse casi 80 años (1732-1815). Su refinada decoración, interior y exterior, de estilo barroco, provoca por igual la admiración de las personas entendidas en arquitectura como la de las que no son fuertes en la materia. Se sabe que arquitectos mexicanos ayudaron en la construcción de la iglesia. Se cuentan leyendas acerca de que entre esta iglesia y la catedral de San Miguel en la Plaza Morazán y otras iglesias y monasterios hay pasos subterráneos en los que hasta el día de hoy existen escondites con oro y piedras preciosas. Los tesoros fueron escondidos por curas españoles que desconfiaban de la población local.
Plaza de Los Dolores - lugar apropiado para el descanso y meditaciones devotas.
Si se desea, es posible desandar por las callejuelas contiguas para llegar a sentir ese fluir apacible de la vida de la capital hondureña.
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