El retorno de la guerra fría

Francisco Peña Torres
8 de Julio de 2022
Ilustración: Liu Rui/Global Times
Aún cuando Estados Unidos y el mundo capitalista anglosajón loan las sacrosantas virtudes de la concurrencia y competencia comercial, no les agrada tener competidores comerciales ni someterse a las reglas de un mundo multipolar en el plano geopolítico. Vencedores al término de la Segunda Guerra Mundial, su política exterior se ha orientado desde entonces a oponerse al surgimiento de potencias rivales capaces de amenazar su hegemonía.

Europa ya ha sido sometida y neutralizada a pesar de los pataleos del general de Gaulle, quien retiró a Francia del comando militar integrado de la OTAN, mandó mudar a las tropas y bases militares norteamericanas en 1966 y dotó a Francia de la bomba atómica, su “fuerza de disuasión”. Esta Francia díscola bajó la cerviz durante el período post gaullista con los gobiernos de los presidentes Pompidou, Giscard, Mitterrand, Chirac, Sarkozy, Hollande y Macron.

Una vez asegurado el sometimiento de la UE (creación alentada por EUA y en el cual tuvo una gran participación los agentes estadounidenses y “padres de Europa”, el franco/germano/luxemburgués Robert Schuman (1886-1963) et Jean Monnet (Voir Philippe de Villiers et François Assellineau), en la mirilla de EEUU, se perfilaba Rusia y China, refractarios al orden unipolar hegemonizado por Washington y que Estados Unidos se ha propuesto fragilizar. El instrumento utilizado es la OTAN y sus bases (254 y 173 000 efectivos). Fundada en 1949 debería haber desaparecido con la disolución del Pacto de Varsovia (creado en 1955 y disuelto en 1991) y que ha sido diseminada por todo el mundo. El objetivo declarado de la OTAN era “contener” a la URSS y el avance del comunismo. Pero la OTAN no se disolvió con el fin de la URSS (1991) sino que se ha transformado con los años en una “Global NATO” ,una especie de policía internacional encargada de salvaguardar los intereses de Estados Unidos y al mismo tiempo ejerce sobre sus aliados una estricta tutela.

Con la entrada a dicha organización de los países del este, EEUU, buscan cercar y desafiar a Rusia. Varios politólogos norteamericanos han señalado desde los años 90 las funestas consecuencias de la expansión de la OTAN hasta las fronteras rusas. “Error fatal” declaró nada menos que Henry Kissinger, del mismo modo se han pronunciado otros politólogos tales como John Mearsheimer, Paul Nitze y anteriormente, Georges Kennan y Robert Mac Namara.

Washington ha afirmado de Ucrania “tiene vocación” para ingresar a la OTAN. En su célebre libro El gran tablero de ajedrez, Zbigniew Brzezinski, este escribe que EEUU debe apoderarse de Ucrania porque este es el pivote de la fuerza rusa en Europa. “Una vez separada de Rusia, Ucrania no será ya más una amenaza”, escribe.

Esta visión geopolíitica se sustenta en la conocida teoría de Halford Mackinder (1861-1947), quien postula que el poderío de un Estado está ligado directamente al control de ciertos territorios. “Quien controla el corazón del mundo dirige la Isla del mundo; quien controla la Isla del mundo dirige el mundo”.

En la concepción de Mackinder, aunque la tierra se componga de espacios marítimos que conforman las 9/10 partes del planeta (Atlántico, Indico, Pacífico, Artico, Antártico, ) que Mackinder llama Océano Mundial. Las otras 3/10 partes de la superficie de la Tierra están compuestas por la Isla Mundial. Ahora bien, esta Isla Mundial sería un espacio contínuo que comprendería Europa, Asia y Africa. El resto de los territorios estaría conformado por las grandes “islas” de la periferia (outlying islands) : las Américas y Australia, consideradas como fuera de la historia mundial hasta el siglo XV (América ibérica y Australia.

La cuestión es entonces, Qué parte del mundo hay que dominar para ser el amo del mundo?

De ahí se infiere la noción de Heartlands, o corazón del mundo que sería desde el norte al interior de Eurasia, extendiéndose del Artico hasta los desiertos de Asia Central; sus líimites occidentales estarían en el Báltico y Mar Negro. Este concepto (corazón del mundo) no puede -dice Mackinder- ser fijado con precisión en un mapa, puesto que para Mackinder dicho espacio es el resultado de 3 componentes : la llanura más vasta del globo, grandes ríos navegables que desembocan en el Artico o en mares cerrados, el Caspio o el Mar de Aral, y finalmente una inmensa zona de pasto o pastoreo que aseguraba antaño a poblaciones nómades una perfecta movilidad : la estepa. Para Mackinder habría un segundo “corazón del mundo”, el del Sur, situado en Africa al sur del Sahara. Sería una zona de circulación y permitiría controlar la península arábiga, el Océano Indico y el Atlántico sur.

El conflicto ucraniano no comenzó en febrero de 2022 sino en 2014. Ya habían más de 14 000 víctimas en la región de Donbass cuando intervino el ejército ruso. En febrero de 2014 se llevó a cabo un golpe de Estado, llamado por los publicistas, de la plaza Maidán, preparado, organizado y financiado por EEUU (se ha mencionado que Washington habría invertido 5 mil millones de dólares) que no tenía como objetivo establecer un régimen democrático en Ucrania, sino atraerla a Occidente, es decir, “occidentalizarla”, situándola en una clara posición anti rusa. Se destituyó al presidente Yanúkovich, electo en 2010 y EEUU colocó en los puestos decisorios a sus adictos, como lo muestra la grabación de la conversación telefónica de Olivia Nuland, subsecretaria del departamento Europa del ministerio de asuntos exteriores y el embajador de USA en Kiev, Geoffrey Pytt.

El primer acto legislativo del gobierno instalado por USA en Kiev fue el de abolir la lengua rusa como lengua oficial. Luego, en 2019 le sucedió un gobierno títere y corrupto dirigido por Zelensky, bajo estrecho control estadounidense. Estos últimos, seguidores desde 1823 de la llamada “doctrina Monroe, nunca han admitido por su parte intervenciones extranjeras en lo que consideran su “patio trasero”. Desde la crisis de los cohetes en Cuba, en 1962. Washington nunca aceptaría que misiles rusos pudiesen ser desplegados en sus fronteras canadienses y/o mexicanas, como lo recordó V. Putin en la TV. La entrada eventual de Ukrania a la OTAN, representa una amenaza existencial para Rusia. Moscú parece no haber tenido otra opción que el recurso militar para obtener satisfacción a falta de acuerdos políticos o diplomáticos. Por ello ocurrió la “operación especial” llevada a cabo por Rusia, a sabiendas del enorme coste político que dicha operación conlleva.

Moscú no tiene la intención de reconstruir la antigua URSS. Pero la seguridad del país depende de su profundidad estratégica, lo que implica la necesidad de un Estado tampón. Impidiendo la ofensiva ucraniana destinada a reocupar la región de Donbass prevista en favor del invierno, la operación militar rusa ha tenido tres causas inmediatas : la pertinaz voluntad de la OTAN de establecerse a la puertas de Rusia, la negativa de Zelensky de aplicar los acuerdos de Minsk de septiembre de 2014 y de febrero de 2015 (azuzado en esta posición por sus socios de la OTAN).

Que Washington rasgue vestiduras por las lamentables e inevitables víctimas civiles debido a la guerra en curso, es algo que mueve a risa viniendo de un país que tiene un largo prontuario criminal de bombardeos con su corolario de víctimas civiles : Hiroshima, Nagazaki, Iraq, Afganistán,Libia, Siria, Somalia, Belgrado. Práctica acostumbrada por los anglosajones desde la Segunda Guerra Mundial.

A todo ello hay que agregar el intento de descalificación moral de los dirigentes rusos, la propaganda emocional, la criminalización de V. Putin (dictador, loco, paranoico, nuevo Hitler, carnicero, sediento de sangre, etc. Ya lo sabemos, la propaganda forma parte del dispositivo bélico y además en el caso presente el objetivo buscado es el de hacer imposible el retorno a la paz mediante un acuerdo negociado, puesto que no se negocia con un loco o un criminal. En ese sentido, la persistencia de Zelensky y sus mandantes de prolongar la guerra gracias al suministro de nuevas y numerosas armas apunta a ese fin.

Es decidor que de consuno se lleva a efecto la tentativa de borrar de la conciencia de la gente el gran aporte ruso en el plano cultural (música, literatura, pintura, danza, deportes y ciencias) además de las sanciones económicas -que ya están teniendo un efecto negativo en los propios países de la OTAN-, indica que de lo que se trata es de desarrollar una guerra total, tratando de poner de rodillas a Moscú, de arruinarlo e impedir el desarrollo en todos los ámbitos de un temible competidor para el mundo unipolar deseado por los países anglosajones, y que además cuenta con el apoyo de más de la mitad de la humanidad y de la RPCH.

Se ha salido de la guerra fría pero ya se ha instalado una nueva cortina de hierro. Suecia y Finlandia han pedido su incorporación a la OTAN y Suiza, se aparta con timidez de su tradicional neutralidad.

Por otra parte, Alemania se rearma (presupuesto votado en el Bundestag de más de 100 mil millones de euros), franqueando de esta manera, con el acuerdo de la UE, las restricciones que se le habían impuesto a Alemania. Dos veces en el curso del siglo XX, en Versalles (1919) y en Berlín desde 1945. Este rearme traerá cola porque una vez pasada la histeria rusofóbica, varios países europeos no dejarán de inquietarse de que , vencida y ocupada desde 1945, Alemania se haya alzado en el plano económico desde 1960 y comienza ahora a equiparse con el atributo que le falta para poseer toda la panoplia de atributos requeridos por una potencia mundial : la capacidad militar. Este aspecto ha sido señalado por conspicuos gaullistas de vieja cepa, que no neoliberales, claro.

Se trata de un giro histórico en la geopolítica europea con ribetes de consecuencias más allá de sus fronteras euroasiáticas, como lo demuestra el conflicto latente con la RPCH, amén de la desafección cada vez más manifiesta de lo que Washington siempre consideró ser su “patio trasero” (América Latina) y de algunos estado clientes de Africa y Asia.

Pero debemos agregar que la ”amenaza existencial” que representa para Rusia la instalación de la OTAN en su frontera, haya sido aprovechada hábilmente por Washington para, como lo han dicho sus dirigentes, fragilizar duraderamente a Rusia teniendo como perspectiva la confrontación a venir con la RPCH. Es así como queriendo evitar la llegada de la OTAN a sus puertas, Rusia habría empujado involuntariamente al robustecimiento de ésta, que como paradoja estaba hasta hace pocos meses según E. Macron en estado de “muerte cerebral”.

Dirigiendo los objetivos de guerra, Washington lleva a cabo una guerra por procuración. Es en realidad una guerra entre dos mundos : a favor o en contra de la hegemonía liberal, una guerra de naciones asentadas desde hace siglos en antiguas civilizaciones contra una especie de universalismo nómade cosmopolita sin raíces; naciones que se inquietan por su continuidad histórica contra sociedades “abiertas que sólo enaltecen; el tiempo presente del post modernismo; potencias continentales terrestres, contra potencias marítimas de las “democracias liberales” (USA, Gran Bretaña, Australia, Canadá). Una guerra que tiene una connotación planetaria, una guerra por el poderío mundial.

Francisco Peña Torres
París
11 de junio de 2022
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