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Verdades de la agresión

Por: Eleazar Díaz Rangel, Director de Últimas Noticias, Venezuela
23 de Agosto de 2009
Hasta ahora

Podríamos ubicar en 1924-26, en Brasil, la primera insurgencia, antecedente de las guerrillas de izquierda en América Latina en el siglo XX; fue comandada por el capitán Luis Carlos Prestes, fundador del partido comunista de ese país.

En años posteriores hubo acciones revolucionarias armadas, en el campo y la ciudad, en Colombia (1950-), Cuba (195659), Nicaragua (1958-79) y se multiplicaron en El Salvador, Guatemala, Venezuela, Perú, Uruguay, México, Argentina, República Dominicana, todas las cuales fueron combatidas por fuerzas militares de sus respectivos países, y la mayoría de ellas, derrotadas.

Ni siquiera en épocas cuando tuvieron más fuerza, como en Cuba y Nicaragua donde alcanzaron el poder después de vencer al ejército batistiano y a la Guardia Nacional de Somoza, respectivamente; ni cuando amenazaron la estabilidad como Sendero Luminoso en Perú y el Fmln en El Salvador, ni en los años en que las Farc tuvieron hasta 20 mil hombres sobre las armas, en ningún momento, las tropas de cada país enfrentaron las guerrillas con apoyo activo, combinadas con fuerzas extranjeras. Es cierto que siempre contaron con el asesoramiento y ayuda militar de EEUU, hasta el extremo del Plan Colombia, pero nunca pelearon juntas.

Lo dijo el embajador

El embajador estadounidense William Brownfield acaba de anunciar en Bogotá (AFP, 19.08) que fuerzas militares de su país combatirán junto con las colombianas a las guerrillas de las Farc. Es uno de los tres objetivos de la presencia estadounidense en las siete bases militares, y en muchos otros puntos de secundaria importancia; los otros son el narcotráfico, y uno no declarado, como es el eventual peligro que representan ciertos países vecinos, aunque detrás de todo está el petróleo.

Podemos imaginarnos quienes comandarán esas fuerzas combinadas. No se conoce un solo ejemplo de militares de EEUU combatiendo en el exterior subordinados a oficiales extranjeros. Que haya sido el embajador de EEUU y no el ministro de Defensa colombiano quien haga estos anuncios, es bastante revelador. En cambio, ya los vecinos tienen la experiencia de la guerra en Corea (1950-53), donde el Batallón Colombia casi fue diezmado, siempre a las órdenes de los jefes estadounidenses.

Esa cesión de soberanía no se queda ahí. Esas tropas USAColombia se desplazarán por el territorio de ese país, y cuando se acerquen a algún vecino, como Venezuela o Ecuador, por ejemplo, explicó el embajador Brownfield, no lo harán "sin la autorización específica de todos los gobiernos involucrados", pese a que antes la cancillera Clinton habían asegurado que el acuerdo por firmarse ¡no involucra a terceros! No tendrá nada de raro que tal solicitud de autorización sea tramitada en inglés.

Y con todo eso, puesto al descubierto por ese autorizado vocero del Departamento de Estado y del Pentágono, el gobierno de Santa Fe de Bogotá jura y perjura que oficiales, tropas y mercenarios contratistas norteamericanos, estarán bajo las órdenes de oficiales colombianos.

¿Quién puede creerles? Como tampoco se les puede creer que este acuerdo de cesión de siete bases no es una amenaza.

El propio presidente Lula insiste en que Obama escuche a los presidentes de Unasur, quienes tienen reservas que expresarles, y que les dé garantías, pero, por escrito.

edrangel@cadena-capriles.com
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