El Salar de Uyuni

Tiwy.com, Rem Sapozhnikov

Febrero 2008

En general, la mayor parte del año el salar de Uyuni recuerda un gigantesco aeródromo de sal de mesa bien apisonada. Pero llegué en la época de lluvia, por lo que tuve que chapotear bastante por tanta agua que lo cubría todo hasta el horizonte, creando la ilusión de un peligroso “Abismo de Maracot” (aunque no sobrepasaba los 40 – 50 cm.)

Los guías locales, amantes de propagar rumores siniestros, nos contaron que varios autos con turistas que se atrevieron a emprender viaje encontraron su fin en el desierto de sal, al no conocer el camino y perderse. La “creación de leyendas” es, en principio, una táctica correcta: si todos los turistas se las van a arreglar solos en el salar, los guías locales quedarían sin trabajo.

Si me interrogaran sobre “los resultados del viaje”, ¿valió o no la pena ir hasta tan lejos?, diría sin pensarlo: ¡valió la pena! Varios meses después de este viaje vuelvo a revisar las fotos y medito con nostalgia ¿por qué no repetirlo todo de nuevo? Y un eco romántico en el subconsciente me responde: ¡Prepárate para partir! ¡Uyuni te espera!